El Nasdaq-100 ha vuelto a sus máximos históricos después de un repunte tecnológico a finales de junio. El 9 de julio, el índice subió a 22,884 puntos cuando el fabricante de chips Nvidia se disparó – convirtiéndose en la primera compañía de EE.UU. en superar el valor de mercado de $4 billones en medio del renovado optimismo sobre la IA.
El panorama macroeconómico de la semana pasada mostró una desaceleración de la inflación, pero una demanda más débil. Las ventas minoristas de EE. UU. cayeron inesperadamente un 0,9 % en mayo —la mayor caída en cuatro meses— lo que sugiere que los consumidores están reduciendo su gasto debido a las altas tasas de interés y la presión persistente de los precios.
En 2022, el banco central de EE. UU. – la Reserva Federal – comenzó a aumentar rápidamente las tasas de interés para combatir la inflación. Las tasas pasaron de casi el 0% a más del 5% en poco más de un año.
La semana pasada, los inversionistas estuvieron navegando un delicado equilibrio entre el alivio y el riesgo. Por un lado, los datos de inflación de EE. UU. trajeron algunas buenas noticias: los precios están subiendo más lentamente de lo esperado, lo que le da a la Reserva Federal más razones para hacer una pausa en las subidas de tasas.
A medida que avanzamos en 2025, los inversores vuelven a plantearse una pregunta clásica: ¿deberían las carteras inclinarse hacia acciones de gran capitalización o dar más peso a las de pequeña capitalización?