Tras dos años de rápidas subidas de tasas de interés, los bancos centrales finalmente están cambiando de rumbo. En 2025, el BCE ya ha reducido su tasa de referencia de casi el 4% a alrededor del 2%. La Reserva Federal de EE. UU. también está levantando el pie del freno, aplicando su primer recorte de 0,25% desde un máximo histórico y anticipando más reducciones antes de que finalice el año. Incluso el Banco de Inglaterra ha comenzado a recortar tasas.
Después de dos largos años de aumentos de tasas, el péndulo finalmente se ha movido hacia el otro lado. Tanto la Fed como el BCE han comenzado a recortar las tasas de interés, aliviando las condiciones financieras que se habían endurecido desde 2022. Pero aquí está el giro: los mercados a ambos lados del Atlántico no están reaccionando de la misma manera.
Los inversores suelen considerar la atención sanitaria como un “puerto seguro”: la gente necesita medicinas tanto en épocas de bonanza como de crisis económica. Pero en el segundo trimestre de 2025 el panorama es mixto. En el último año, las acciones del sector sanitario se han quedado rezagadas frente al mercado en general, dejando las valoraciones cerca de mínimos de varios años. Eso ha atraído a algunos cazadores de gangas: el índice S&P 500 Health Care se mantuvo plano a comienzos de 2025, mientras que el S&P 500 subió alrededor de un 7%. Al mismo tiempo, el sector alberga nuevos medicamentos estrella e innovación impulsada por la inteligencia artificial. En resumen, la atención sanitaria desempeña ambos papeles: sector defensivo estable y potencial historia de crecimiento. Entonces, ¿cuál prevalecerá?
Los bancos centrales finalmente parecen listos para aflojar. Tras dos años de subidas agresivas, los tipos empiezan a bajar. El Banco de Inglaterra recortó la tasa bancaria al 4% desde el 5,25%, el BCE bajó al 2% desde su máximo del 4%, y la Fed siguió con una reducción la semana pasada. La inflación también se está enfriando: el IPC de EE.
Tras dos años de rápidas subidas de tipos, los bancos centrales finalmente están cambiando de rumbo. El BCE ya ha recortado su tipo de referencia a alrededor del 2% después de alcanzar un máximo cercano al 4%, mientras que la Reserva Federal de EE. UU. apenas empieza a recortar desde un nivel mucho más alto. Esta divergencia deja a los inversores con una incómoda pregunta: si los tipos siguen bajando, ¿qué lado del Atlántico tiene los bancos más fuertes?