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¿Estamos al inicio de un ciclo bajista estructural del dólar?

Nov 25, 2025 3:39 PM

Durante gran parte de los últimos años, el dólar estadounidense ha sido la fuerza dominante en los mercados globales. En 2022-23, las agresivas subidas de tipos de la Reserva Federal y las olas de aversión al riesgo a nivel global impulsaron al dólar cada vez más alto. El DXY se mantuvo en la zona de los 100 bajos, y cada discurso de la Fed o dato de IPC movía el mercado. Era una operación que simplemente seguía funcionando.

Pero avanzando hasta 2025, el tono ha cambiado. La inflación finalmente está bajo control, la Fed se está moviendo hacia recortes de tipos y la economía global se está estabilizando. ¿El dólar? Está empezando a debilitarse.

Ahora los operadores se preguntan: ¿es esto solo un retroceso normal, o las señales tempranas de un cambio mucho más grande y prolongado?

Perspectiva histórica de los ciclos del dólar

Los ciclos del dólar no cambian con frecuencia, pero cuando lo hacen, el impacto suele durar años. Históricamente, los grandes puntos de inflexión (como a mediados de los años 80 o principios de los 2000) surgieron cuando varias fuerzas macroeconómicas se alinearon al mismo tiempo: diferenciales de tipos reduciéndose, déficits externos en aumento y un creciente apetito por alternativas en el extranjero. En cada caso, el dólar permaneció débil durante años.

Ahora, algunos de esos factores están resurgiendo. Estados Unidos está registrando grandes déficits gemelos. El crecimiento global se está estabilizando. Otros bancos centrales están alcanzando al ritmo de la Fed. Algunos estrategas comienzan a susurrar: ¿podría ser este el inicio del primer ciclo bajista genuino del dólar en más de dos décadas?

Condiciones macroeconómicas en 2025

Varios factores de panorama general están cambiando. Las diferencias en tipos de interés entre Estados Unidos y otras economías importantes se están reduciendo. A finales de 2024, tanto la Fed como el BCE habían recortado los tipos alrededor del 1%, y se esperan más recortes. Para finales de 2025, la tasa de depósito del BCE ronda el 2%, con la inflación de la eurozona en niveles similares. La inflación estadounidense también está disminuyendo, lo que significa que la ventaja de rendimiento del dólar ya no es la misma de antes. En el Reino Unido y Japón, las subidas de tipos se han detenido, reduciendo aún más la brecha. Esa diferencia decreciente podría debilitar uno de los impulsores clave detrás de la reciente fortaleza del dólar.

Al mismo tiempo, la situación de deuda de Estados Unidos está recibiendo mayor atención. El paquete fiscal de “America First” aprobado a principios de este año se espera que añada entre 3 y 4 billones de dólares a la deuda nacional en la próxima década. Incluso sin eso, el país ya está operando con grandes déficits gemelos, tanto presupuestario como de cuenta corriente. Los déficits podrían alcanzar el 6-7% del PIB, y los pagos de intereses ya representan una parte importante del gasto federal. Esto significa que Estados Unidos necesita un flujo constante de capital extranjero solo para cubrir sus necesidades de financiación.

Mientras tanto, los bancos centrales globales están comenzando a replantearse lentamente sus reservas. El dólar aún representa más de la mitad de todas las reservas en divisas divulgadas, pero esa cifra ha caído ligeramente, y no solo por movimientos de mercado. Aunque no ha ocurrido ningún cambio importante todavía, la conversación sobre alternativas está aumentando. Eso ya sugiere que pueden estar gestándose cambios con el tiempo.

Índice del Dólar Estadounidense (DXY) – Rebote de noviembre de 2025

Fuente: TradingView. Todos los índices son de rentabilidad total en dólares estadounidenses. El rendimiento pasado no es un indicador fiable del rendimiento futuro. Datos al 25 de noviembre de 2025.

El DXY registró un fuerte repunte a mediados de noviembre de 2025 antes de estabilizarse cerca del nivel de 100. Esta recuperación pone de relieve la persistente resistencia del dólar, incluso cuando los factores macroeconómicos más amplios apuntan a una posible tendencia bajista a largo plazo.

Liquidez vs. cambio secular

No olvidemos: el dólar todavía tiene mucho a su favor. Profunda liquidez. Confianza. Los activos de referencia del mundo. Incluso en 2025, los mercados siguen liquidándose en dólares, los bonos del Tesoro siguen siendo el principal refugio seguro y, durante una crisis, los flujos vuelven rápidamente al billete verde.

Pero empiezan a aparecer grietas. Los bancos centrales de mercados emergentes están comprando más activos no denominados en dólares de manera discreta. Y con las tendencias fiscales, monetarias y geopolíticas presionando en la misma dirección, la idea de una tendencia bajista estructural ya no parece tan lejana.

Conclusión

Si el dólar se encuentra en las primeras etapas de un declive prolongado, los efectos colaterales podrían ser amplios. Las materias primas, desde el petróleo hasta el oro, tienden a subir cuando el dólar se debilita. Los activos de mercados emergentes suelen verse favorecidos. Incluso las acciones estadounidenses pueden beneficiarse, especialmente las multinacionales con ingresos en el extranjero. Pero no todo es positivo: si el movimiento refleja problemas estructurales profundos, el apetito por riesgo podría verse afectado.

¿La gran conclusión? Esto no se trata solo de lo que haga la Fed a continuación. Se trata de si el papel del dólar en el sistema global está comenzando a evolucionar: lenta, sutil, pero significativamente.