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¿Qué son las trampas de liquidez y por qué importan?
Jul 24, 2025 9:59 AM

Japón, deflación y entornos de tasas bajas explicados.

Probablemente hayas oído a alguien mencionar el término “trampa de liquidez” y simplemente seguiste adelante. Es comprensible, suena como una de esas ideas de libro de texto que obsesionan a los economistas. Pero aquí está el detalle: en realidad importa, y más de lo que crees.

Una trampa de liquidez ocurre cuando las tasas de interés están prácticamente en cero y... no pasa nada. La gente no pide préstamos. No gasta. La economía simplemente se queda estancada.

Imagina a un banco central recortando las tasas al mínimo, esperando que pidamos préstamos, compremos más, invirtamos. Pero en su lugar, la gente no lo hace. Guarda su dinero. Las empresas dudan. Todo el sistema se paraliza.

Esa es una trampa de liquidez. Y los bancos centrales la detestan.

¿Por Qué Ocurren las Trampas de Liquidez?

Generalmente comienza con la caída de los precios. Eso es lo que los economistas llaman deflación. Y si piensas que los precios serán más bajos el próximo mes… bueno, ¿por qué comprar algo hoy? Esa duda se extiende. La gente espera. Las empresas postergan nuevas inversiones. Todos se retraen. La economía, ya debilitada, se desacelera aún más.

Entonces los bancos centrales intentan solucionarlo con su método habitual: bajar las tasas de interés. A veces hasta cero, como ocurrió en 2020. Eso se conoce como Política de Tasas de Interés Cero (ZIRP).

Pero aquí está el problema: en una trampa de liquidez, ni siquiera el dinero gratis ayuda. Las tasas son bajas, pedir prestado es barato, y aun así la gente no pide préstamos. No gasta. Es como si todo el sistema estuviera congelado.

¿Por qué? Parte es psicológica. Cuando las tasas están tan bajas, la gente asume que la economía está en mal estado. Así que actúan con cautela. Acumulan efectivo. Esperan. Y esa espera mantiene a la economía detenida.

El Caso de Japón: Décadas en la Trampa

Si hay un país que conoce bien esta situación, ese es Japón.

A principios de los años 90, la economía japonesa se estancó. Estalló una enorme burbuja de activos, inmobiliaria, bursátil, todo. El Banco de Japón intervino y redujo las tasas de interés hasta casi cero. Más tarde, incluso cayeron por debajo de cero. Se usaron todas las herramientas clásicas: dinero barato, inyecciones de liquidez, años de paciencia.

Pero la economía no se recuperó como esperaban.

En cambio, Japón entró en deflación. Los precios siguieron bajando, lenta pero consistentemente. Y con ello, llegó la duda. Los consumidores comenzaron a ahorrar más, pensando que todo sería más barato el próximo año. Las empresas también se contuvieron.

Aunque el dinero fluía por el sistema, no ocurría mucho. Algunos economistas lo llamaron “empujar una cuerda”. Tratas de generar impulso, pero nada se mueve. Esta era ahora se conoce como Las Décadas Perdidas de Japón. Dos, en realidad. Tal vez más. Un largo período de bajo crecimiento, inflación ultra baja y recuperaciones intermitentes que nunca cuajaron del todo.

La Trampa de Liquidez de Japón: Tasas de Interés vs Inflación (1990–2025)

Fuentes: Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos; Banco Mundial vía FRED®

Este gráfico muestra los rendimientos a largo plazo de Japón (línea azul) y la inflación al consumidor (línea de puntos). Desde principios de los años 90, los rendimientos colapsaron, pero la inflación se mantuvo en o por debajo de cero durante décadas. Una trampa de liquidez de manual: dinero barato, movimiento mínimo.

Otros países tomaron nota. Después de la crisis financiera de 2008, tanto EE.UU. como Europa actuaron rápidamente para evitar el mismo destino. Recortaron tasas, lanzaron programas de estímulo, imprimieron dinero. Y aunque ayudó, en parte, el temor de caer en una trampa similar persistió durante años.

Entonces, ¿por Qué le Debería Importar a Alguien Fuera del Banco Central?

Porque en una trampa de liquidez, las herramientas habituales, como recortar tasas de interés, dejan de funcionar. La economía se estanca. La gente no gasta, las empresas no invierten y todo el sistema simplemente... deriva.

Para los ahorradores, eso puede significar años de intereses casi nulos en sus depósitos. Para los inversionistas, puede empujarlos hacia activos más riesgosos (como acciones o bienes raíces) para buscar rendimientos. ¿Y para los gobiernos? Que podrían tener que intervenir y gastar mucho cuando los bancos centrales no pueden mover la aguja por sí solos.

En resumen, las trampas de liquidez no solo complican la política monetaria. Cambian cómo circula el dinero en todo el sistema.

Conclusión

Una trampa de liquidez es lo que ocurre cuando el dinero es barato, pero nadie quiere gastarlo. Las tasas llegan a cero, la confianza desaparece y la economía simplemente... se detiene.

Japón lo vivió. Otros países estuvieron cerca. El peligro no es solo un bajo crecimiento, sino perder las herramientas habituales para solucionarlo.

Y por eso es importante entender las trampas de liquidez. Porque a veces, el problema no es el dinero. Es el miedo.